sábado, 26 de noviembre de 2016

Serra de les Agulles.

Esta mañana he decidido explorar el último rincón que me falta por mirar de la montañas de Alzira. Se trata de la serra de les Agulles. Un cresterio de 6 km con pasos bastante complicados y sendas poco definidas.
Dejo el coche al comienzo de la pista que va a la Font del Garrofer. Los primeros 5 km son para entrar en materia y afrontar el cresterio con solvencia. Aún se nota el paso del otoño en el barranco de la Casella por el cual subo unos 4 km.
 
Este barranco ya obliga a mirar donde pones los pies así que me lo tomo con calma. Me salen a una media de 6 km/hora.
 
Sobre el km 5 empieza el cresterio. El principio es de fuerte subida y con la senda bastante visible. Pero poco a poco la situación se complica.
La senda se hace más espesa y se difumina en el paisaje y empiezo a andar por las rocas de las crestas de las sucesivas montañas.
 
El día acompaña. No hace frio y tampoco llueve. 
Además la niebla le da al paisaje un cierto tono onírico que favorece y mejora la impresión que tengo de él. 
Supero el paso más complicado del recorrido con una gran tensión por lo afilado de la cresta que me obliga a ir a horcajadas unos 10 m. Pero el cresterío continua aún algún km más. Las vistas son inmejorables, cuando la niebla lo permite.
Acaba el cresterio en el enlace del GR de la ruta dels Monestirs. Desde aquí hasta el coche me quedan 2km, casi todo de bajada y por una senda en buen estado y con mucha vejetación.
Al final del recorrido la ruta queda resumida en 13,3 km con 741 m. de desnivel positivo y realizada en 3 h. 11'.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Ultra trail Echappee Belle.


Este año la ultra que me he propuesto correr es la Echappee Belle, en La Savoya francesa, con salida en Vizille y llegada a Aiguebelle. 144 km, 11000 m. de desnivel + y 11000 m. de desnivel-.
Estaba apuntado el año pasado, pero por la enfermedad no pudo ser. Este año ha caído. Nos vamos a Francia, Chambery, donde hemos establecido el cuartel de campaña. 
El poderío de los Savoya.

Llegamos dos días antes para aclimatarnos y visitar la capital de la Savoya. Una ciudad encantadora.
Pero el viernes a las 2 de la mañana nos ponemos en pie para ir a Aiguebelle, donde me dejan y un bus de la organización me lleva a Vizille, donde sale la carrera. Llego a las 5 y nos dan desayuno, que a la postre va a ser el mejor avituallamiento de toda la carrera.
A las seis nos sueltan y en previsión lo que nos espera salimos pausados.
Nos esperan 16,5 km de subida constante hasta la estación de Arselle. Vamos por bosques frondosos y pasamos por el coll de la Madeleine. Ritmo suave, constante, buenas sensaciones y llegamos. Buen avituallamiento, pero no hay ni habrá isostar en ninguno de los avituallamientos. Nos dan agua con gas. la pruebo y me sienta como el culo. Tengo que beber mucha cola y agua normal para evitar las arcadas. En la estación, que está a 1600 m., no veo ni un sólo cañón de nieve. Que suerte tienen estos franceses.
Continuo el camino y la subida al segundo avituallamiento. Dejamos atrás los bosques pero el paisaje sigue siendo soberbio y absorbente. Ayuda a subir las cuestas. 
Lacs Robert
Segundo avituallamiento: Refuge de la Pra. Hace falta reponer energía porque enfilamos la subida al punto más alto del ultra: la croix de Belledonne (2889 m.)
Pasamos por algún nevero, pero no son necesarios los crampones. Suerte tengo porque no los he cogido.
Y llegamos al cielo. Vistas impresionantes que merecen un buen descanso después de ocho horas de continua subida. Ha merecido la pena. Me sale una media de casi 3 km/h. Estoy bien de fuerzas y psicológicamente muy animado.
Como siempre bajo mucho mejor que subo y adelanto a unos cuantos que no habían tenido consideración conmigo en la subida a la Croix de Belledonne.
Lac Blanc

De donde venimos: la croix de Belledonne.
10 horas corriendo para hacer los 38,4 km que me dejan en el refuge Jean Collet, a 1936 m. de altitud. Es la hora de comer y me espero un plato de macarrones o arroz, algo sólido y el avituallamiento es un fracaso: poco variado y sin macarrones. Nos ofrecen una sopa Juliana, que sólo olerla me dan ganas de vomitar. Pero los franceses la comen con mucho apetito. El isostar no aparece por ningún lado y como sustituto nos ofrecen agua con gas, bebida con la que nunca he podido. Pinta jodido lo de los avituallamientos. Me tomo dos cafés y cuatro trozos de coca. Suerte que llevo piñones y salchichas de Pascua en la mochila y voy tirando de ellas cada hora.
A por la siguiente subida: col de la mine de fer y la brèche de la Roche Fendue (2474 m.) Subidita pesada y se empieza a hacer de noche. Guardo la cámara y enciendo el frontal
Avituallamiento de Habert d'Aiguebelle, de lo peorcito de la carrera, tan malo que casi no tengo recuerdo de el. Menuda nochecita me espera. Por no ir bien no va bien ni el seguidor de la página de internet. No quedan reflejados los tiempos de paso ni la hora a la que llego.
Salgo de Habert algo decepcionado y a ver si puedo con el col de l'aigleton (2259 m.) y el de la Vache (2538 m.). Puedo pero la bajada hacia les set laux se me hace muy dura. Debe ser muy bonito el paisaje, pero yo sólo distingo la luz de las estrellas.
No puedo más y decido parar a hacer la microsiesta que tenía pensada para antes de llegar a Pleynet. Son 14 minutos de sueño totalmente reparador. Me levanto y hago una bajada bastante buena hasta el avituallamiento de Pleynet, donde esperaba un surtido pantagruélico de productos y vuelvo a encontrarme con la sopa y el agua con gas. No puedo más y estoy tentado de abandonar. Por haber no hay ni un lugar para cambiarse. Fatal la balsa de vida. Tomo un café que debe ser el peor de toda la carrera y a los 100 m. de dejar Pleynet vomito lo poco que había comido. Hasta el balizaje lo encuentro peor señalizado. Me empiezo a llenar de malos presagios. no se si acabaré la carrera.
La siguiente subida la hago arrastrando los pies y con muy pocas convicción. Me pasan corredores en un goteo constante. Cada 50' me paro, como piñones y salchichas y sigo adelante. Creo que en el 2º chalet de la petite valloire, decido hacer la segunda microsiesta de 15 minutos mirando hacia Peynet. Duermo profundamente y 1' antes de que suene el despertador me despierto voluntariamente muy recuperado, al menos de ánimo. Los 1000 m. de desnivel negativo hasta Gleyzin los hago a un ritmo bastante aceptable. Viendo, en casa, la evolución de la carrera observo que en este tramo he adelantado casi a 100 corredores. ya voy el 192. Debe ser que muchos abandonaron en Pleynet.
En Gleyzyn se portan con el avituallamiento y doy gracias porque voy a enfrentarme a la subida de Moretán, 1400 m. de D+, para llegar a los 2474 m. de altitud.
Voy despacio pero muy bien, aunque observo que empiezan a pasarme corredores con una facilidad pasmosa y me deprimo hasta que caigo en que son los de la carrera de 85 km. Así y todo el Moretán es el Moretán y me cuesta Dios y ayuda coronarlo. Pero cae y al otro lado veo un nevero con una fuerte bajada. 

Subida al Moretán
La organización ha puesto una cuerda y con ella y haciendo pases de esquí, lo bajo en un santiamén y llego al avituallamiento de Périoule.
Bajada del Moretán
De Périoule salgo un poco despistado y sin saber muy bien lo que me espera. Pensaba que empezaba a subir y aún bajo hasta el Plan de l'ours (1296 m.) y aquí es donde empieza la subida más fátidica, para mí, de toda la carrera: llegar a L'alpage du compas (1740 m.) me cuesta lo que no está escrito. El sol pega en la espalda como si quisiera matarme. En cada reguero paro a beber y paro en cada sombra y para cada vez que veo una fresa para comerla y paro y paro y me pasan y me preguntan si va bien. !Que cara debo tener¡ Yo contesto que OUI. Pero no es verdad. Pienso seriamente en abandonar en Super Collet, que creo que es lo alto de una montaña y miro a mi derecha y veo lo que me queda y me entran ganas de morir. Pero estoy equivocado y Super Collet no es la montaña que veo a la derecha sino una estación de esquí que diviso despues de subir el collado y me da tanta alegria que me pongo a correr desaforadamente hasta que llego al avituallamiento.
Hago el segundo cambio de ropa. Me avituallo bien con café y coca y plátanos y salgo bastante recuperado anímicamente. Intento hacer la tercera microsiesta pero no soy capaz de dormirme así que continuo subiendo y bajando, pero ahora con buen ritmo.
Avanza la tarde y entramos en la segunda noche.

Última tarde
La subida a la intersección de la crête des Férices (2254 m.) y al col d'Arpingon (2259 m.) la hago mucho mejor de lo que pensaba. A la mitad intento dormir algo pero empieza a llover. Mala suerte. Me pongo en marcha de nuevo.
Bajo al avituallamiento de Val Pelouse a buen ritmo. Cambio de pilas en todos los aparatos y hago un buen avituallamiento, de nuevo con café y cocas y plátanos y, siempre, a medio camino, cada hora: mis piñones y mis salchichas de Pascua.
Salgo del avituallamiento pensando que es el penúltimo, es decir que el siguiente ya es la meta porque he visto en el perfil que hay 9 km de bajada. miro el tiempo y haciendo cálculos  creo que voy a bajar de 46 horas, que es un tiempo impresionante. Todo ese desbarajuste de ideas hace que vaya bien en las subidas pero es que en la larga bajada empiezo a correr desbocado, adelanto a cerca de 30 corredores. Estoy exultante. No quepo en mí. Y llego al avituallamiento al esprint: como un gilipollas. Me doy cuenta que no es Aiguebelle y me entra un bajón que me dan ganas de llorar.
Pero pienso que queda poco, que casi la tengo. Tomo algo de café y salgo rápidamente para no dar tiempo a la mente para que piense malas cosas.
Empieza a amanecer y de nuevo vuelve la confusión de objetos. Pues creo que toca dormir otros 15'. Me aparto un poco del camino y caigo rendido inmediatamente. Pero despierto 2' antes de que suene el despertador. 13' de sueño reparador que hacen que me enfrente a lo que me queda con ánimos renovados. Las piernas las tengo bastante bien. No he sufrido calambres, contracturas, tirones, nada de nada. Las tengo un poco pesadas, pero una vez que he llegado al Fort de Montgilbert (1348 m.) que es el punto más alto antes de meta, retomo la carrera trotona que va haciéndose cada vez un poco más rápida, aunque no mucho. Adelanto a otros 6 o 7 corredores más y entro en meta con buena velocidad 
y muy contento por acabarla y porque allí me esperan; Amparo, Mari y Ximo con los que me fundo en un gran abrazo.
El avituallamiento final es acorde con los que ha habido a lo largo de la carrera: bastante malo. Sólo me toca una cerveza. Me la bebo y nos volvemos a Chamberí a ducharme y dormir un poco.
Analizando la carrera desde la barrera debo decir que estoy muy contento de haberla podido acabar. 
Posíblemente es la carrera más dificil que he corrido: por el desnivel, por la parte técnica y por el calor excesivo que nos fustigó durante todo el recorrido. Sólo decir que me pasé toda la carrera con una camiseta, sin ponerme cortavientos ni ninguna otra prenda.
Me han ido muy bien las microsiestas, cuatro en total, de 15'. También ha sido un éxito el ir comiendo cada hora y bebiendo cada media. Todo ello ha hecho que acabe con muy buenas sensaciones a pesar que sufrí lo indecible en las fuertes subidas que coincidían con mucho calor. Son dos cosas que no se me dan bien: ni el calor excesivo, ni los desniveles abultados. Soy más de subidas tendidas aunque tengan mucho desnivel al final.
Todo un éxito salir de los últimos de los 500 que había apuntados y llegar a meta el 118. Mejorando posiciones en cada avituallamiento.
Carrera totalmente recomendable. Los paisajes son fabulosos. Los voluntarios muy atentos y sólo pondré como aspecto negativo los avituallamientos. Aunque tengo que decir que es una cuestión particular ya que veía que los franceses comían hasta con gula la sopa que nos daban y bebían el agua con gas a litros. Por eso pienso que es una cosa mia: que no acertaron con lo que me gusta y me va bien.

Domingo de descanso y el lunes, aprovechando el viaje, decidimos pasarnos por Annecy: la Venecia de los Alpes. Una ciudad muy bonita, llena de lugares encantadores y de turistas como nosotros.

Annecy
Por la tarde pasamos a Italia y caminamos por el puente tibetano de Claviere. Casi 500 m. de puente. Una gozada.
Claviere
Por la noche paramos en Briançon: patrimonio de la humanidad por su sistema defensivo, obra de Vauban. Damos un paseo por la noche y a dormir.
El martes toca ir hacia Valencia pero por el camino vemos indicado Arlés y paramos a hacer el recorrido romano. impresiona ver cómo se ha conservado y la grandiosidad del  monumento. Digno de visitar.
Arlés
Llegamos a casa a la una de la mañana y damos por concluido el viaje y la temporada de carreras. Ahora a planificar la siguiente. A mi me da que la ultra va a ser en Italia. ya se verá.

miércoles, 6 de julio de 2016

La Porta del Cel 2016.

Hace unos meses leí la crónica de la Porta del Cel que había realizado mi querida amiga Julia y me impresionó tanto el relato, por la dureza y la belleza que destilaban sus páginas que decidí hacerla en julio con la idea de correrla en dos días. Hablo del plan a los amigos de entrene y, parece que les hace tilín la idea. Se apuntan Ramón y Ximo. Decidimos hacerla el primer fin de semana de julio.
Salimos el viernes al mediodía, después de trabajar y con el coche nos acercamos a Tavascan. llegamos a las 23 horas después de haber cenado en Sort. Dormimos poco y mal, debe ser por la tensión de lo que se nos avecina. A las seis de la mañana ya estamos en marcha para poder llegar antes de las 21 horas al refugio de Vallferrera. Tenemos 16 horas por delante.
De Tavascán al collado de Certascan vamos subiendo por sendas muy bonitas y de poca complicación. pasamos por el camping de Graus y por las Bordes de Noarre. 
Cascadas y estanys comienzan a salpicar el viaje.
Ya nos mojamos las zapatillas que seguirán mojadas toda la jornada y el día siguiente. Llegamos al Coll de Certascan a 2586 m. Las vistas nos impactan. No subimos al pico, aunque pensamos que vamos bien de tiempo pero queremos reservar por si decidimos subir a la Pica d'Estats.
Hora del almuerzo y después nos ponemos los crampones y a bajar la primera pala.
La nieve ha perdido algo de dureza y la bajamos con mucha alegría, talonando perfectamente. Las vistas acojonantes, con el estany de Certascan al fondo, fondo. paramos en el refugio de Certascan
a sellar el billete de recuerdo y seguimos bajando . 
Vamos muy bien de tiempo y bajando con buen ritmo.
Llegamos a una subida que nos deja en el coll de Lluri (2217 m.) y aquí empiezan los problemas, ralentizamos el paso y se nos hace dura la subida. Pero la bajada aún es peor, muy técnica y poco corredora. Suerte que la belleza del paisaje nos da alas. Nueva subida al port de l'Artiga (2471 m.) para pasar a Francia que nos recibe con una espesa niebla que nos oculta las vistas de los valles franceses tan profundos.
Una pena. La subida la hemos hecho al ralentí y la bajada poniendo la reductora porque son unas pedreras graníticas considerables. Seguimos subiendo para llegar al estany de Montestaure (2300 m.) rodeado de majestuosas montañas que nos asustan cuando la niebla nos deja ver toda su grandiosidad. Poco antes de llegar al refugio de Pinet nos encontramos dos montañeros, un poco desorientados que al vernos deciden esperarnos para preguntarnos por el camino del refugio. Nosotros les contestamos que es la primera vez que hacemos la ruta pero que siguiendo el track llegaremos. encontramos el paso un poco a la izquierda del nevero y subimos trepando un pequeño resalte equipado como vía ferrata

y llegamos casi al refugio de Pinet pero no bajamos y continuamos con la ascensión a la Pica d'Estats. he de dejar constancia que la senda por la parte francesa está poco o nada marcada y las sendas no pueden recibir ese nombre. Poco antes de llegar al Refugio de PInet tuve un resbalón porque iba mirando el GPS y caí encima del bastón con la consecuencia de rotura del mismo. Así que guardo los bastones y hago el resto sin ayuda bastonil. La nieve cada vez es más abundante. pasamos por unas palas con mucho desnivel,
con unas caídas que se pierden en la niebla. Nos asustan un poco pero las pasamos y nos plantamos en el coll de l'estany de la Cometa (2910 m.) que es el punto más alto de nuestra ruta porque decidimos no subir a la Pica ya que se nos ha hecho tarde y hace un frío que pela.

Seguimos con los crampones hasta el Port de Sotllo (2874 m.) y toda la bajada de la pala que nos deja a los pies de l'Estany d'Estats a 2465 m. Ya son más de las 10 de la noche y en el refugio han cerrado, intentamos llamar pero no nos cogen el teléfono. la noche se presenta rasa con todo su desparramo de estrellas. Pero vamos con las fuerzas justas y desde l'estany d'Estats hasta el refugio se nos hace difícil la marcha. La senda tampoco está en buenas condiciones y me obliga a llevar constantemente el GPS delante de los ojos para no salirme del track. Llegamos al refugio a las dos de la mañana. Sin ducharnos ni asearnos  entramos en el comedor y nos tiramos en el suelo y yo encima un banco y maldormimos 4 horas escasa hasta que abren la cantina para los desayunos. Le explicamos a la chica del refugio lo que nos ha pasado y que nuestra planificación se había ido al carajo delante de la dificultad de la ruta. Lo entiende perfectamente. Nos da el desayuno calentito y eso nos reconforta y permite que recuperemos fuerzas y ánimos para continuar la ruta ya que Ximo, que la noche anterior había vomitado todo lo que tenía dentro, se encontraba muy bajo de moral y pensaba pedir en el refugio que lo bajaran en coche hasta Tavascán. Y Ramón, que con esta llevaba dos noches sin pegar ojo, quería echarse dos horitas en alguna cama para poder recuperarse algo.
Pero lo hablamos y, sensatamente decidimos emprender la ruta a las 7 de la mañana para, esta vez si llegar antes de las dos al hotel de Tavascán y ducharnos y comer de caliente para hacer el viaje de vuelta a Valencia. Parece que nos hemos recuperado muy bien y hacemos la subida que nos lleva al estany de Baborte
y el coll de Sellente (2488 m.)
con buen ritmo y bajamos corriendo la siguiente cuesta que nos deja a los pies de la ultimica subida de la ruta: el coll de la Llacuna (2596 m.)
Esta por ser la última es la que más nos cuesta. Menuda inclinación que tenía. Arriba paramos a almorzar y muy contentos empezamos la bajada final que nos conducirá a Tavascan. Intentamos hacerla corriendo pero con las fuerzas menguadas se nos hace imposible. Llegamos al hotel Marxant a las 3 de la tarde con unas ganas exageradas de tomar una cervecita fresca.
El dueño nos deja ducharnos mientras nos preparan la comida, que nos sabe a gloria bendita. cafetito y para casa. A las 24 horas llegamos al destino cansados y apaleados pero enormemente orgullosos y satisfechos con la ruta que nos hemos merendado.

martes, 5 de julio de 2016

Challenge Maratón 2016

            Concluidos los tres maratones de la Challenge, toca hacer un repaso de la experiencia. El año pasado estaba apuntado, pero los problemas de salud me postraron desde marzo a agosto y no pude participar.
            La Challenge en números:
  1. 9 de abril.        Maratón de Alcudia de Veo.   43,5 km           2950 m. D+
  2. 15 de mayo     Maratón de Barxeta.               46 km              2350 m. D+
  3. 19 de junio      Maratón nocturno de Xiva     49 km              2500 m. D+
            Estas son las únicas carreras que hemos corrido en estos meses para no cargarnos mucho, siempre pensando en la de Francia (Echappee Belle), a finales de Agosto.
            El maratón de Alcudia, por la sierra de Espadán, como siempre, no defrauda ni por belleza, ni por dureza, ni por la organización. Me cuesta una hora más que la otra vez que lo corrí. En aquella ocasión quedé el 8º y ahora con más tiempo subo al podio en 3ª posición. Así las cosas hace que me plantee luchar por el podio de la Challenge donde, además de la posición, es importante correr los tres maratones, por eso de la regularidad.

En esta primera maratón sufro como un condenado. Empiezo muy bien, con mucha energía y me excedo de ritmo. 

Cosa que hace que a partir del km 30 la carrera se me ponga cuesta arriba y, especialmente en la peña el Pastor y las escaleras del Espadán. Me pasan como si estuviera parado y no tengo energía para reaccionar. Subo el Espadán y ya todo es bajada. Pensaba que podría aumentar el ritmo pero, de nuevo, volví a equivocarme. Sigo bajando al trote cochinero que me permiten los músculos. Entro a meta contento por llegar pero un poco defraudado con el transcurso de la última parte de la carrera.

Como no espero subir al podio ni de coña me voy a duchar y cuando me llaman para subir al cajón tiene que subir a por la medalla mi mánager personal: Mari.
            Pasa un mes y llega mayo y el maratón de Barxeta. Sabiendo lo que padecí en Alcudia, intento salir despacio los primeros km pero así que me separo de mi amigo Ximo, empiezo a aumentar el ritmo y voy muy bien hasta el km 26. 
 Es la primera carrera del año con sol abrasador y el cuerpo, aún, no esta aclimatado y lo pago en forma de malestar estomacal. 
Voy bebiendo agua pero parece que en menor cantidad de lo que debería. De esto me doy cuenta al final de la carrera donde entro en meta y no tengo nada más que ganas de vomitar. Ha sido una carrera dura sobre todo por el calor. Consigo subir al 2º puesto en la categoría de Máster
y con esto me aúpo en la 1ª posición de la Challenge. Más tensión para la última carrera.
            Y llegamos a la última maratón de la Challenge: el Maratón nocturno AmanecexChiva. Me encanta correr por la noche y en esta carrera hay el aliciente de la luna llena y en muchas partes del recorrido podré correr sin frontal, sólo iluminado por la luz lunar. Desde Xiva nos llevan en autobús a la salida que se da a las 0:0 horas del día 19. 
He visto la clasificación de la Challenge y sólo quedo yo en la categoría Máster. Eso quiere decir que con acabarla seré el primero de la Challenge, fuera presión. Pero ya que estamos aquí vamos a luchar por el podio de la carrera. La primera subida de la carrera es larga, casi 5 km que los hago muy tranquilo. Coincido con Raimundo, viejo amigo de muchas carreras corridas juntos. Va muy rápido en la subida y lo dejo irse. Pero en la siguiente bajada logro enlazar con él y no nos vamos a separar hasta el km 30. Siempre es un aliciente ir con Raimundo porque no te aburres. Llevamos muy buen ritmo todo el trayecto: subimos fuertes y bajamos veloces. Pero en el km 30 el estómago no le deja ir fino y me dice que siga con mi ritmo. Voy a hacer los últimos 20 km sólo. Me quedan dos subidas serias, siendo la última el temido Morrón del Gitam. Pero me encuentro tan bien que lo subo mucho mejor de lo que me esperaba y sin que nadie me adelante. Una vez arriba sólo quedan 6 km de bajada que consigo hacerlos a buen ritmo, llegando a la meta después de 7:20 horas.
A las nueve recojo todos los premios, que son muchos:

  1. 3r Máster de la carrera.
  2. 1r Máster de la Challenge
  3. Regalo por ser finalista de la Challenge.
  4. Botijo conmemorativo de 1r Máster de la carrera de hacía dos años y que Paco me había guardado. Gracias Paco por el detalle y por las carreras que organizas.