domingo, 10 de julio de 2011

Últimos entrenamientos.

VIERNES 8.
Como mañana voy a hacer la última salida larga, hoy aprovechando que me llevan a Guadassuar, cojo la bici para hacer una ruta al lado de la Acequia Real del Jucar de 20 km sin ninguna dificultad, todo llano y con la
 
posibilidad de darme un baño si lo veo conveniente. La ruta no abandona el camino de la acequia salvo en contadas ocasiones. Al llegar a Benifaió tomo un camino por la izquierda porque más adelante se acaba el camino de la acequia cortado por la vía del tren de Renfe y es peligroso pasar esa vía. Ese camino pasa al lado de la Peira, una granja ecológica de mucha fama, al menos por la zona.
Ruta.

SÁBADO 9.

Última salida larga antes de la cita con la Ronda dels Cims en Andorra. Salgo a las 5 de la tarde porque calculo que serán cerca de 4 horas de carrera y, si salgo más tarde se me hará de noche. Así que a las 5 con un buen calor a las espaldas empiezo la carrera con una suave subida  por pista asfaltada hasta la Font del Garrofer donde cojo una senda que transita por el fondo del barranco y, aunque es muy técnico, me permite tener bastante sombra y se agradece. 
Una vez que llego a la Font del Barber y como el agua no se puede beber aprovecho para refrescarme el cuerpo tirando agua por encima y continuo la ruta hasta llegar a lo alto de la senda dels Amoladors que, todo en bajada me conduce hasta Tavernes de la Valdigna. 
Circunvalo el pueblo, sin entrar en él, por la canal de la defensa hasta que en el otro extremo del pueblo empieza una dura ascensión con un desnivel de 500 m pasando por la Font de Cantús o de Mossen Ricard, nuevo chapuzón y avituallamiento de agua por si no hay en la Font de la Sangonera y subida hasta el alto de les Creus donde hace acto de aparición la niebla y no me abandonará en todo el recorrido.
Bajando llego a la font de la Sangonera bastante bien pero, no obstante , me paro me refresco y lleno las botellas de agua y sigo corriendo. Aún me queda por subir al alto de Massalari y al Ralla.
Con la niebla el paisaje ha cambiado y, a veces parece como si estuviera en el norte del país en vez de por esta contornada.
Después de haber pasado un calor agobiante voy a acabar resfriándome por el frío de la niebla y la velocidad a la que va.
Desde el ralla, todo es bajada y me lo tomo con calma para apreciar más y mejor los pequeños detalles en que la naturaleza nos muestra su afán constante de supervivencia aún en las circunstancias más extremas.
A 2 km de meta paso por la reserva de los Ciervos, una anomalía en el paisaje pero que no deja de sorprender. Llego al coche, me cambio la ropa que llevo mojada del sudor y fría de la niebla y para casa.
Ruta.

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